POR DECRETO UNA MUJER AMAMANTÓ A SUS COMPAÑEROS DE TRABAJO


Son principales víctimas de la discriminación en el mundo, se les considera en algunas naciones patriarcales personas de “segunda clase”, se les otorgan los trabajos menos importantes fuera de ámbitos políticos y financieros y se les califica sólo como aptas para labores hogareñas o en algunas empresas sólo se les dan trabajos como lavatrastes o de limpieza. Sin embargo, un caso polémico que desató la ira de autoridades islámicas fue el que originó un clérigo al ordenar a una mujer amamantar a un compañero de trabajo para que así pudieran compartir la misma oficina en la universidad de Al-Azhar, considerada la más prestigiada en Egipto.
El clérigo fue cesado, pero la acción contra la mujer quedó registrada en los casos de discriminación hacia el considerado sexo débil, ya que una denuncia desató un alboroto en la cúpula universitaria y en el ramo político, que ordenó se investigue si existen más casos como este.
De acuerdo con la costumbre islámica, se considera impropio que una mujer esté a solas con un hombre con el que pueda contraer matrimonio, por lo que sólo puede permanecer en solitario con su padre, hijo, sobrino, hermano o algún otro pariente del sexo masculino.
ANTECEDENTE. Para buscar una solución a este conflicto de trabajo y en el que se ven implicados empleados de distintos sexos en la universidad Al-Azhar, en mayo pasado el clérigo Ezat Atiya, emitió un decreto en el que especificó que si la compañera de trabajo cumplía con el amamantamiento de sus compañeros de oficina en cinco ocasiones, prácticamente pasarían a ser sus “hijos de leche” y la adoptarían en forma simbólica como madre, lo que permitiría con respeto, brindarle la protección para que pudiera cumplir con sus actividades laborales, según el shari’a (código de ley basado en el Corán), según reportó el periódico británico Daily News.
Tras conocerse esta situación que afecta a varias mujeres en otras regiones del país y de las que existe denuncia, sólo una decidió, en el caso de la universidad Al-Azhar, denunciar lo ocurrido, sin temor a que por esta razón pudiera perder su trabajo, por lo cual se omitió su nombre y se le protegió para evitar represalias.
Los pormenores de este espinoso asunto provocaron un escándalo y protestas en las esferas políticas de Egipto. Además, fue duramente criticado por miembros de la Hermandad Musulmana, quienes trataron el tema en el Parlamento sin ceder un instante en no aclarar y resolver esta situación.
UNIVERSIDAD. Para frenar la polémica que dañaría más la imagen de la universidad, autoridades de este centro de estudios crearon un comité especial para debatir el dictamen y, por recomendación del mismo, el clérigo Atiya fue expulsado de la universidad sin la garantía de que aclarara la situación.
Para tratar de limpiar su imagen, Atiya dijo en entrevista con el semanario del partido gubernamental Frente Democrático Nacional “Al-Watani Al-Yawn”, que: “El fallo religioso que aparece en la conducta (sunita) del Profeta (Mahoma) confirma que amamantar permite a un hombre y una mujer estar juntos en privado, aun cuando no sean familia y la mujer no haya alimentado al hombre en su infancia, antes de ser destetado —siempre y cuando el estar juntos sirva para algún propósito, religioso o secular”.
Pero el caso no quedó ahí, en disculpas, ya que al conocerse los argumentos y explicaciones del clérigo sobre su propuesta y los fundamentos que lo llevaron a ordenar su decreto desató otra oposición a volver a tratar el tema.
Ahora fueron autoridades del Frente Democrático Nacional, responsables del periódico que exhibió los argumentos del clérigo, los que rechazaron seguir con este espinoso asunto y ordenaron decomisar todos los ejemplares en los que la entrevista se presento, ya que consideraron que las declaraciones de Atiya son dañinas para el partido y para las familias de sus trabajadores.

(Con información de el Periódico Nuevo Día, Amnistía Internacional, BBC y El Periódico
de Catalunya)

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