Ayyyy, esa palabra.....trabajo.....qué alegría cuando la nombramos
EL TRABAJO DIGNIFICA
Etiquetas: MONÓLOGOS
DIVERSIÓN EN EL TRABAJO
Aquí va Buenafuente con sus originales pensamientos paranormales....
Etiquetas: MONÓLOGOS
TRABAJAR ES UNA MIERDA
Os presento un monólogo muyyyy real.....trabajar es una mierda,jajaja
Etiquetas: MONÓLOGOS
SER EL NUEVO EN LA OFICINA
¿Por qué en todos los anuncios de trabajo ponen "Imprescindible experiencia"? Me gustaría que aunque fuese por una sola vez pusiesen "Imprescindible ser nuevo". Pero no se preocupen que no lo harán. Porque ser nuevo en cualquier cosa es una gaita. Cuando eres nuevo no eres nadie. Si el jefe preguntara: "¿Echamos al nuevo y compramos un microondas?", nadie lo dudaría.
¡Qué mal se pasa cuando eres el nuevo! Sobre todo en el trabajo. Al principio quieres quedar bien con todo el mundo, eres muy generoso y no paras de ofrecer cosas:
- ¿Queréis caramelos de piña?
Y si vas a la máquina:
- ¿Alguien quiere café? Y quieren todos. ¡Hale! A ver como los traes. Te pegas quince viajes a la máquina cargando vasitos de plástico, y abrasándote los dedos, que acabas con quemaduras de tercer grado en las yemas. Vale macho, de momento vas bien, eres nuevo, todavía no has cobrado el primer sueldo, y en tu primer día ya te has gastado setecientas pelas (4 euros) haciéndote el guay... y en cafés.
Tienes tantas ganas de caer bien que te ríes de todo. Te digan lo que te digan:
- Esta es la fotocopiadora, siempre esta estropeada...
- Je, je, je..
- Este es Pepe, ten cuidado con el que es del Barça...
- Je, je, je...
- Ahí se sienta Rodríguez, no ha venido porque se ha muerto su abuela...
- Je, je, je
Y es que cuando eres nuevo estás metiendo la pata continuamente y te sientes muy inseguro. Cada vez que te cruzas con alguien, te arrimas a la pared como diciendo: "Se que molesto, pero me esfuerzo, algún día formaré parte de este grupo". Y de pronto, en una reunión, te arrinconas tanto que sin querer apagas las luces con el culo, pero, como eres nuevo, no te das cuenta:
- ¡Anda! Han apagado la luz.
Y todo el mundo protesta:
- ¿Quién ha sido?
- ¡Joder, el nuevo!
Siendo el nuevo (sí, porque cuando eres nuevo nadie conoce tu nombre, eres "el Nuevo") te das cuenta de lo poco que pintas, cuando llaman por teléfono y alguien dice:
- ¿Romaguera? Aquí no trabaja ningún Romaguera.
Pero tu asomas la cabeza tímidamente y dices:
- Soy yo.
Y el otro se da la vuelta y dice:
- ¡Eh, que el nuevo se llama Romaguera!
Y los demás se descojonan:
- ¿Romaguera? ¿Pero qué apellido es ese?
Para más humillación la que llama es tu madre, claro. ¿Quién te va a llamar a ti? ¡¡So nuevo!!
- ¿Si? ...Bien...Aquí, muy a gusto... Muy acogedor... no, todavía no he firmado... ¡Pues cuando me llamen!... Si, sopa... con jamoncito...
Venga, adiós y no me llames más aquí...
Otra cosa que haces mucho cuando eres nuevo es saludar:
- Holaaaa... Hola, qué pasaaaa...
No tienes medida, hay gente a la que saludas hasta seis veces:
- Hasta luego otra vez, ¿eh?
De pronto ves a uno y empiezas a mover las cejas, él se te acerca:
- Dime.
- Hola, soy Romaguera... A ti no te he visto en toda la mañana, ¿tu trabajas aquí?
- Sí, soy el director general.
- Ah... Pues enhorabuena... ¿Quieres un caramelo de piña?
Cuando eres nuevo, como no tienes ni sitio ni nada, te sientes como un mueble, pero de los que estorban.
- ¿Qué hago?
- Pues...hay que hacer el balance, pero ya me encargo yo, que le tengo cogido el punto.
- ¿Entonces qué hago?
- Pues podrías archivar, pero como no sabes.
- Vale, entonces, ... ¿qué hago?
- Pues lo que veas, anda que no hay trabajo...
Como quieres aparentar que estás ocupado te pones a hacer el crucigrama del periódico:
- ¡Joder, como se entere Pepe de que le estás haciendo el crucigrama, que lo hace él todos los días...!
Y es que hay una serie de normas en la oficina que tú no controlas: que a Pepe hay que guardarle el crucigrama, que no se puede fumar al lado de Paco, que Enrique y Ana desaparecen todos los días a las doce porque están liados. Por cierto, cuando se van tú en tu línea, les dices:
- ¿Vais a tomar algo? Me voy con vosotros.
En fin, que hagas lo que hagas metes la pata.
Al final, como en todos los sitios estás incómodo, te vas al baño, que es el único lugar donde te parece que no estorbas. Y allí te quedas tranquilo, lejos de la tensión. Son cuatro paredes, pero que te permiten desahogarte un montón, y te tiras un buen rato. Además, tiene agua corriente, luz, calefacción. Vamos, que acabas comiéndote el bocadillo a escondidas, tan ricamente. Le coges cariño al váter, te haces amigo suyo, porque es le único que no se mete contigo...
Menos mal que nadie es "nuevo" eternamente. Un día llegará a la oficina otro que pasará a ser "el Nuevo". Y tu votarás a favor de comprar un microondas.
Etiquetas: MONÓLOGOS
MAMÁ, QUIERO SER ASTRONAUTA
El universo, el cosmos, el todo... el universo es como un pedo en un ascensor: se expande. Y si el universo se expande, el metro cuadrado se abarata. ¿Por qué entonces los pisos están tan caros?
Todo el mundo ha soñado alguna vez con ser astronauta, y si no es así, es que sufre de insomnio. Y hoy, quiero que la humanidad (a la que me dirijo desde este blog universal) asuma por qué queremos ser astronautas realmente. Nos mola el uniforme. El uniforme de astronauta es guay y además útil (por muy paradójica que pueda parecer la relación entre estos dos conceptos en la actualidad). Tú, por ejemplo, estás en una nave espacial, a miles de kilómetros del planeta Tierra, hablando con el astronauta de al lado y éste estornuda. No hay gravedad. Miles de babas y mucosidades bucales vuelan por toda la nave. ¡Pero, ah! Amigo. ¡Tú tienes una pecera en la cabeza! Por eso nunca veréis a un astronauta constipado.
Otra cosa que nos gusta de los astronautas es que si vas al espacio, siempre es por la noche. ¿Alguien ha visto el universo de día? ¡Nadie! Mi teoría es que si Dios existe, es un vividor. No es ninguna tontería lo de la noche en el espacio. Para empezar, el traje de astronauta es blanco, como las fiestas en Ibiza, y como prueba irrefutable: ¿Han visto alguna vez a un astronauta cuando vuelve del espacio? ¡No se mantiene en pie! "No es que la ingravidez debilita los huesos, ejem" ¡Mentira! ¡Quítate la pecera de la cabeza y háblame de esos agujeros negros!
¿Han visto las pruebas que hay que hacer para ir al espacio? "Qué duras" pensarán algunos. ¡No! ¡No penséis mientras me estéis leyendo, de lo contrario esto podría no ser gracioso! ¿Duras? Hay gente que paga para montarse en atracciones de la feria que son iguales o peores y que el tío que las maneja no es un ingeniero de maquinaria espacial, sino un tío con una coleta que se está fumando un cigarro de chocolate, y no precisamente de los que me comía yo cuando tenía 6 años.
En fin, que el astronauta está sobrevalorado. Recuerden esto: si el astronauta español por excelencia (y por falta de otro) es Duque, ¿cómo no vamos a poder ser astronautas, nosotros, el pueblo llano?
Este monólogo también está sacado de Monólogos y ocurrencias de Magro Rumí
Etiquetas: MONÓLOGOS
EL DURO TRABAJO DEL URÓLOGO
Navegando por estos lares de internet, he encontrado este pequeño pero, no por ello menos interesante, monólogo sobre el trabajo. En este caso le toca a los urólogos....esos médicos tan queridos por la especia humana de los machos,jajaja.
¿Es la urología un trabajo vocacional? ¿En qué momento de la vida uno piensa: "voy a ser urólogo"?
La urología es un trabajo tan... duro.
Cada oficio tiene su jerga. Los médicos, los obreros, los biólogos, los químicos, los periodistas... Pero ¿cómo será la jerga de un grupo de urólogos?
Me imagino una reunión de ejercientes de esta profesión:
-Hoy un paciente mío tenía la uretra inflamada y la orina le salía marrón.
-¿Sabes qué? Me importa un pito.
-A mí también, es más, me importan los testículos también.
Yo supongo, o quiero pensar que los urólogos son médicos frustrados, o hijos de padres empresarios. Porque todo padre empresario dice a su hijo: "Tú mira el empleo que más salidas tenga" Si fuera por los padres todos seríamos seguratas de un club de boys. Pero finalmente acaban siendo urólogos, que es más o menos lo de los boys pero sin mujeres mirando.
¿Se imaginan el diario de un urólogo? No haría falta poner candadito, nadie se atrevería a abrirlo. O la habitación de un estudiante obsesionado con la urología, con pósters y figuritas del órgano reproductor masculino con mensajes como: "Estuve en un sex shop y me acordé de ti", por no hablar de las películas porno, ¿qué hacen? ¿las estudian?
De todas maneras hay que reconocer y admirar el trabajo de estos magnánimos profesionales que hacen posible el transcurso de la vida y la especie humana. Yo desde aquí quiero darles las gracias y animar a todos aquellos que vayan a duras penas en la carrera de medicina a que entren en urología. Así las "duras" "penas" pasarán a ser materia obligatoria.
Este monólogo lo he sacado de
Qué! Monólogos y ocurrencias del Magro Rumí
Etiquetas: MONÓLOGOS
LA TRADUCTORA ESQUIZOFRÉNICA
Dedicado a Flavia,
que nunca reconoció que estaba colada por el jefe
Bueno, que ya me dirás lo que hago, cómo quieres que lo presente. Tú ya sabes que yo me ajusto a lo que tú me digas, que para eso pagas, para eso eres el que manda. ¿A doble espacio, en fuente del doce? Lo que tú me digas, que a mí me da lo mismo.
(Y se me ocurre que si fuera yo la que mandara, a ti no te daría lo mismo.)
¿Que tenga más cuidado que con el último? ¡Si me habías dicho que estaba bien! Hombre, quéjate en su momento, háblame claro cuando es oportuno. No me vayas a salir con ésas ahora, cuando ya no puedo arreglar nada.
(A mí siempre me dice que le gusta lo que hago, pero si le preguntan otros, pone cara de que ni fu ni fa.)
Sí, me quedo lo que haya que quedarse. Ya sabes que puedes contar conmigo. Me quedé hasta las dos de la mañana cuando lo de la revista, ¿te acuerdas? Me quedé solita en el edificio, que hasta miedo me daba. Pero lo hice, y no te puse pegas. Así que ahora no te creas que me voy a poner melindrosa.
(Conmigo aquí me gustaría verte; hasta las dos. Bah, no aguantarías. Me mirarías con esa cara tierna que gastas para los compromisos y acabarías por ponerme alguna excusa para largarte. Y dejarme sola, claro.)
Claro que lo sé, ya me lo han dicho. Además, no te creas que soy novata en estas cosas. No es la primera vez que trabajo para los del laboratorio. Sé el lenguaje que gastan y conozco mi trabajo, ¿o es que lo dudas? ¡Parece mentira! Llevo años en esto, me conoces, y todavía me tratas como si fuera una inútil.
(De otra forma me tratarías si yo te hubiera demostrado en su momento lo que valgo. Más que tú, por supuesto, que en el fondo no eres más que un pobrecito bobo, un falso. Pero de tan bobo, tierno.)
A veces creo que esa manía tuya de repetirme las cosas tantas veces es simple incompetencia, majo. De plantas sé más que tú, rico. A ver quién te ayudó a ti con lo del virus del tabaco. Y los pimientos, pues lo mismo. No sé qué te has creído, cómo te imaginas que puedes tratarme así.
(Pero es que supongo que eres así de necio, así de engreído y de estúpido. Antes no eras así conmigo. Y si yo lo hubiera llevado bien, seguro que ahora serías de otra forma. Más humano, más persona. Te darías cuenta de lo que te estás perdiendo conmigo.)
¿Tú es que te crees que a mí me puedes tratar de cualquier manera? ¿Tú es que te piensas que a mí me puedes manejar como a una de tus muñequitas? ¡Que no soy imbécil! Y no me largo ya mismo porque no sabrías qué hacer sin mí, que si no...
(Si no, ya verías. Si yo tuviera la fuerza, el coraje que hace falta para plantarse delante de ti y decirte cualquier cosa... Pero yo te diría las cosas que te hacen falta, como en las pelis.)
Además, jamás he visto a nadie tan necio, ahora que me pongo a pensarlo. Se cree que es alguien, y en realidad, no tiene ni idea. De este asunto sé yo más que tú, porque soy mejor traductora, mejor ejecutiva y, si me apuras, mejor persona.
(Y mejor amiga, y mejor amante, y más simpática, y más graciosa. Que lo tuyo es todo fachada. Ni una embestida mía resistirías.)
¡Pimientos! ¡Me pregunta si sé de virus de pimientos! Y me levanta la ceja cuando me habla, articula con cuidado, como si tuviera miedo de que yo no lo fuera a entender. ¡Será imbécil!
(Ya verías si me tuvieras más cerca; te agarraría por la cintura y te pediría que me explicases las cosas; que me hablases de pimientos, sí es que te atrevías y te quedaban ganas. Pero no te quedarían, que me da risa de pensar en tu cara de asombro al verme así, tan distinta a como te crees que soy.)
Si en lugar de hacer el paripé dándotelas de jefe te preocuparas un poco más por el trabajo, otro gallo nos cantaría.
(Otro gallo me cantaría a mí también si hubiera hecho lo que tenía que hacer entonces, aquel día en que no aproveché. Qué pena, no haberte acariciado entonces, el día en que me rozaste la mano, como sin querer. Y haberme echado hacia adelante, haberte mordido por algún sitio, haberme reído, haberte agarrado sin dejar que te soltaras. Y haberme decidido a decirte que sí, que quedo contigo, que me da igual que se sepa...)
Cuando pienso que te gastas esos humos, que vas de gran especialista precisamente conmigo, me pregunto qué hago aquí yo, aguantando al más insoportable. Hasta pidiéndote a veces consejo, como si lo necesitara. Que tú eres el gran especialista en el tema, que me supervises mi traducción, que necesito tu ayuda...
(Después de cenar, haber ido paseando por ahí, haberte dejado hablar, escucharte. Escucharte los dos, en realidad, porque tú te escuchas tanto como yo pueda escucharte. Y luego, lo decisivo, mirarte a los ojos y decirte «Tú esta noche te quedas conmigo». Y me habrías dicho que sí, claro, porque no eres de los que desperdician oportunidades.)
Pues estoy pensando que te lo voy a pedir, te voy a decir que necesito tu ayuda, que me ayudes con el tema de los pimientos, gran gurú de la traducción. Y ya verás qué risa, qué ridículo haces. Te preguntaré al final que cómo quieres que llame a los pimientos de Malasia. ¿Te parece mejor que los llame chiles? Y te miraré a los ojos con cara de circunstancias, para que no notes que me estoy riendo de ti y de tus ridiculeces.
(Enroscadita a ti, con mi oreja sobre tu cuerpo y oyéndote el corazón palpitar. La felicidad completa. Sin hablar ninguno de los dos, sabiendo sólo que tú estás conmigo y yo contigo. Sin pensar en trabajo, sin pensar en nadie. Siendo, por una vez, personas. Que hace mucho que no lo soy y me parece a ratos que sólo contigo puedo serlo.)
Me parece que la traducción te la va a hacer Rita. O, mejor, la haré yo, como siempre, como suelo. Con eficacia, con rapidez, con exactitud.
(Con la misma eficacia te querría, te mimaría, cuidaría de ti si me dejaras.)
Para que te diga el cliente, como siempre: «Frau Provitina es una excelente profesional.» Y tú dirás que en tu equipo sólo tienes a los mejores. Y yo lo aguantaré. ¡Maldita sea, si es que soy imbécil!
(Pero te levantarás en algún momento y me dirás que no, que no puede ser, que somos mayores para esas cosas. Y aunque me rompas el alma al decírmelo, casi te estoy oyendo: «Por favor, no empieces así, no seas imbécil.»)
....................................
Flavia, excelente traductora, hizo una magnífica traducción sobre virología vegetal. El jefe acabó casándose con una rubia a botellazos.
Y colorín colorado.
Etiquetas: MONÓLOGOS
EL STRESS
He descubierto por qué estamos todos estresados: es imposible hacer en un dia todo lo que hay que hacer en un dia.
Todos los dias hay que comerse una manzana, y un plátano para el potasio.Todos los dias hay que beberse dos litros de agua...Bueno hay gente que bebe mas,todos conocemos a gente que dice que bebe cinco litros.Que digo yo que éstos no mearán, romperán aguas. A esto hay que sumar que todos los dias hay que sumar un Actimel, para tener "L Casei Inmunitas", que no sabemos lo que es, pero por lo visto si no te comes un millón y medio todos los dias, ves a la gente borrosa.
Todos los dias hay que tomar una aspirina para prevenir los infartos y dos dedos de vino y un vaso de cerveza. Bueno, si te lo tomas todo junto, aúnque te de el infarto, ni te enteras. Todos los dias hay que comer fibra, mucha fibra, cuanta más, mejor. Hasta que consigas cagar una camiseta. Y tambien te tienes que comer una naranja, para la vitamina C. Y un donut, si quieres tener un día redondo. Por supuesto, hay que hacer las tres comidas diarias,sin olvidarte que cada vez hay que masticar cien veces... y después lavarte los dientes. Ya sabes que después de cada comida hay que lavarse los dientes, o sea, después del Actimel, los dientes, después del plátano, los dientes...Asi hasta que te los desgastes. No te preocupes, ahora ponen unas fundas y para desgastar una funda con un cepillo de dientes hacen falta muchos huevos. Haciendo el cálculo, sólo en comer se te van cinco horitas. Todos lo días hay que dormir ocho horas y trabajar otras ocho, más las cinco que empleamos en comer, veintiuna. Nos quedan tres. Curiosamente, según las estadísticas, los españoles vemos tres horas diarias la televisión.
Pues ya la hemos liado. Porque todos los días hay que caminar, por lo menos media hora. Y hay que cuidar las amistades. (porque las amistades son como una planta, hay que regarlas a diario). Y todos los días hay que estar bien informado. Así que hay que leer, por lo menos, dos periódicos para contrastar. ¿Ves? Al menos, esto lo lleva mi padre a rajatabla . Todas las mañanas se lee el As y el Marca.
¡Ah¡ Y no olvidemos que hay que practicar sexo todos los días, pero sin caer en la rutina, con lo cual, hay que innovar.Por cierto, te recuerdo que después de cada comida hay que lavarse los dientes.
También hay que hacer las camas, y barrer y fregar, y poner la lavadora y no te digo ya si tienes perro, lo mejor es suicidarte. En fin, a mi me salen 29 horas. La única posibilidad que se me ocurre es hacer varias cosas a la vez. Por ejemplo, mientras te duchas, puedes abrir la boca y asi vas bebiendo agua.
Al mismo tiempo que te secas, puedes comerte un donut metiendo el plátano por el agujero. Y cuando salgas del baño, a la vez que caminas, puedes hacer el amor con tu pareja en la postura de la carretilla, métete una escoba por el culo y vas barriendo. Y tu pareja que vaya viendo la televisión y te lo cuenta. Te queda una mano libre:¡llama a tus padres¡ Y bebe vino, joder! Bebe vino...y cerveza...
Por cierto ¿no te vas a apuntar a una ONG? Desde luego...qué falta de... todo.
Etiquetas: MONÓLOGOS
VENTAJAS DE SER UN INCOMPETENTE
En España es muy conocido el programa El Club de la Comedia y el siguiente monólogo que os presento está sacado de él. A reirse un poco.
Para triunfar en la vida hay dos caminos. El primero es ser un genio. Pero eso es muy difícil, hay que trabajar mucho, ir por delante de tu tiempo y, encima, la mayoría de las veces no te lo reconocen hasta después de muerto.
El otro camino es ser un incompetente, que es mucho más fácil y, además, te lo reconocen en vida. Por eso yo estoy pensando en convertirme en un incompetente, porque todo son ventajas. Para empezar, tienes muchos más modelos en los que fijarte. ¿Quién no conoce a un incompetente?.
Ya de pequeños, cuando se te rompía el tren, le decías a tu madre:
- Mamá, te lo pido por favor, que no me lo arregle papá.
¿Sí o no?. Otra ventaja de ser incompetente es que haces feliz a la mujer que más te quiere, tu madre. Tu madre siempre ha querido que hagas una oposición a funcionario, que es para toda la vida. ¿Y una madre va a querer algo malo para su hijo?. ¡NOOOO! ¡Pues ya está! ¡Incompetente para toda la vida!. Además, los que son competentes nunca llegan a nada. Vamos a ver, ¿cuántos jefes conocéis que sean competentes? ¿Y cuántos políticos?. En cambio,¡incompetentes hay un huevo!. Y es que ésa es otra cosa buena de los incompetentes, que son muy solidarios; cuando uno llega a jefe, inmediatamente monta a su alrededor una ONG: incompetente, tu jefe te reconoce como uno de los suyos.
No sé, un día, por ejemplo, te ve chupando los sellos por la parte de delante y te dice:
- Trujillo, cómo me recuerda usted a mí mismo hace unos años. Tiene un carrerón por delante, siga así, que el día menos pensado le hago subdirector.
Ser incompetente es mucho más cómodo. Los competentes se pasan la vida estudiando. Haciendo masters, cursillos, reciclándose… En cambio, para ser incompetente sólo tienes que aprenderte cuatro frasecillas.
Primera:
- Huy, ¿esto para hoy? ¡imposible!
Segunda:
- Qué más quisiera yo.
Tercera:
- Para lo que me pagan, ya está bien.
Y su frase preferida: - Chato, sólo tengo dos manos.
Otra ventaja del incompetente reside en que su abuela es inmortal. La pobre mujer aguanta lo que le echen, porque el incompetente, para escaquearse del trabajo, cada dos por tres la está operando de la vesícula. Él sólo tendrá dos manos, pero su abuela debe de tener como doscientas vesículas, por lo menos… En cambio, el competente tiene tanto amor al trabajo que si ve que la abuela está pachuchilla, así, así… la remata el domingo para poder ir a trabajar el lunes. O aprovecha un puente… para despeñarla. La ventaja del incompetente es que con el mínimo esfuerzo consigue el máximo rendimiento, porque es un gran publicista de sí mismo. Todo el mundo se entera de cualquier cosa que hace, por pequeña que sea:
- Bueno, pues voy a hacer estas fotocopias, que si no las hago yo no las hace nadie.
Y al rato:
- Ya he hecho las fotocopias, ¡me han quedado cojonudas!.
En cambio, del trabajo del competente sólo se habla el día que la caga.
- Martínez, coño, qué cagada… Bien está que se quede hasta las cinco de la mañana haciendo el Balance, pero se ha equivocado en dos décimas, se está jugando el puesto, mire Trujillo, ése sí que no se equivoca nunca.
Y es que los incompetentes tienen más tiempo libre. Si hay un marrón en la oficina, el jefe le pide a todos que se esfuercen para solucionarlo, menos al incompetente. ¿Pa qué?.
- Usted no hace falta que se quede, Trujillo, que tendrá cosas más importantes que hacer. ¡Menudo carrerón lleva!.
El incompetente tiene todas las puertas abiertas, porque incompetentes hay en todas las profesiones. Ahí está el Tribunal Supremo, que debe de estar lleno, porque cada dos por tres sale el en periódico: “Supremo se declara incompetente”. Si ellos lo dicen… Y lo mejor de todo, siendo incompetente puedes trabajar en una de las empresas más grandes y transparentes del mundo: Telefónica. A los incompetentes de Telefónica se les reconoce enseguida por el tono y la energía que tienen:
- Información, buenas tardes, le atiende Marisa.
- Por favor, me daría el teléfono de Mercería Merce?.
- Como mercería no me sale Merce.
- ¿Y como Merce?.
- Como Merce no me sale mercería.
- Pues… ¿”mercería” tan amable de mirarme Bragas Merce?.
- Como no me dé más datos…
- Pues hombre, ella las suele llevar rosa.
- Así, sí, tome nota… Mercería Rosa.
- No, Rosa no, Merce!!.
- ¡Pues aclárese, que sólo tengo dos manos y a mi abuela la tienen que operar de la vesícula!.
- Vamos a ver, señorita, Mercería Merce, en la calle Infanta Mercedes.
- Como Infanta no me sale nada, pero como Mercedes me salen varios concesionarios.
Cosas así pasan continuamente, y mira qué bien va Telefónica. En fin, una pena que no haya más incompetentes… Que podría haber más, lo que pasa es que la mayoría no pasan de espermatozoides. En vez de ir al lío, en vez de penetrar donde tienen que penetrar, se entretienen haciendo el gilipollas por las trompas de Falopio.
Etiquetas: MONÓLOGOS