MAMÁ, QUIERO SER ASTRONAUTA


El universo, el cosmos, el todo... el universo es como un pedo en un ascensor: se expande. Y si el universo se expande, el metro cuadrado se abarata. ¿Por qué entonces los pisos están tan caros?

Todo el mundo ha soñado alguna vez con ser astronauta, y si no es así, es que sufre de insomnio. Y hoy, quiero que la humanidad (a la que me dirijo desde este blog universal) asuma por qué queremos ser astronautas realmente. Nos mola el uniforme. El uniforme de astronauta es guay y además útil (por muy paradójica que pueda parecer la relación entre estos dos conceptos en la actualidad). Tú, por ejemplo, estás en una nave espacial, a miles de kilómetros del planeta Tierra, hablando con el astronauta de al lado y éste estornuda. No hay gravedad. Miles de babas y mucosidades bucales vuelan por toda la nave. ¡Pero, ah! Amigo. ¡Tú tienes una pecera en la cabeza! Por eso nunca veréis a un astronauta constipado.

Otra cosa que nos gusta de los astronautas es que si vas al espacio, siempre es por la noche. ¿Alguien ha visto el universo de día? ¡Nadie! Mi teoría es que si Dios existe, es un vividor. No es ninguna tontería lo de la noche en el espacio. Para empezar, el traje de astronauta es blanco, como las fiestas en Ibiza, y como prueba irrefutable: ¿Han visto alguna vez a un astronauta cuando vuelve del espacio? ¡No se mantiene en pie! "No es que la ingravidez debilita los huesos, ejem" ¡Mentira! ¡Quítate la pecera de la cabeza y háblame de esos agujeros negros!

¿Han visto las pruebas que hay que hacer para ir al espacio? "Qué duras" pensarán algunos. ¡No! ¡No penséis mientras me estéis leyendo, de lo contrario esto podría no ser gracioso! ¿Duras? Hay gente que paga para montarse en atracciones de la feria que son iguales o peores y que el tío que las maneja no es un ingeniero de maquinaria espacial, sino un tío con una coleta que se está fumando un cigarro de chocolate, y no precisamente de los que me comía yo cuando tenía 6 años.

En fin, que el astronauta está sobrevalorado. Recuerden esto: si el astronauta español por excelencia (y por falta de otro) es Duque, ¿cómo no vamos a poder ser astronautas, nosotros, el pueblo llano?

Este monólogo también está sacado de Monólogos y ocurrencias de Magro Rumí

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenísimo, jejeje!!

Anónimo dijo...

chido.mira la verdad es que tienes la razon.el problema es que yo si quiero ser astronauta y aunque soy una chica de 15 años ``se que lo lograre´´.y lo que dices,la verdad,la verdad eso no lo habia pensado,pero tienes razon,y te apoyo,ok.y publicacion.chao....